Saturday, December 8, 2007

CONTRA ILÍCITOS

Capacitarán expertos israelíes a agentes ministeriales en BC
Implementa la Procuraduría estatal un programa emergente ante el incremento de secuestros en los últimos años en la entidad
Rosa María Méndez Fierros / Corresponsal - El Universal

Sábado 08 de diciembre de 2007 16:33

Mexicali, B.C. -- Debido al incremento de los secuestros en los últimos años, la Procuraduría estatal realizará un programa emergente para enfrentar este tipo de ilícitos de alto impacto, para lo cual traerá a un grupo de expertos israelíes que preparen a los agentes ministeriales, informó el titular de la dependencia, Rommel Moreño Manjarrez.

Apenas este viernes sucedieron en Tijuana dos secuestros más en contra de un empresario local y otro oriental. En lo que va del año se han cometido 26 secuestros y 75 privaciones ilegales de la libertad conocidos como "levantones", en la entidad.

Organismos ciudadanos de seguridad afirman que con la cifra "negra" de no denuncias, la cifra de plagios cometidos este año llegaría a los 200.

"Es evidente que este tema (del aumento de secuestros) es real y no lo podemos desconocer, debemos desarrollar una coordinación para que la procuraduría federal y nosotros trabajemos juntos en un proyecto, para darle una respuesta seria", dijo el procurador estatal.

Informó que a partir de la próxima semana llegarán un grupo de especialistas israelitas, quienes les ayudarán a integrar un programa en contra de los secuestros.

"Los israelitas prepararán a los agentes en una dinámica de capacitación y reacción para tomar decisiones serias en cuanto a los esfuerzos para enfrentar los secuestros, con operativos inmediatos desde la dinámica reactiva", explicó Moreno Manjarrez.

El titular de la PGJE hizo un llamado a quienes son víctimas de secuestro para que denuncien estos hechos y puedan ser investigados.

"Indudablemente que estoy consciente (que mucha gente no denuncia estos delitos por la desconfianza que tienen en los agentes policiacos), por eso tenemos que romper ese círculo de desconfianza", dijo el entrevistado.

Expresó que también sabe que todas las corporaciones policiacas, incluyendo la Policía Ministerial, están infiltradas por el crimen organizado.

"Esta alza en estos delitos ya venía de anteriores administraciones, por eso nosotros tenemos que participar en hechos concreto, incluso ya se resolvieron dos secuestros, con lo cual queremos generar confianza y participación de la ciudadanía", dijo el procurador estatal.

El entrevistado comentó que no ha sido amenazado de muerte en su actividad como procurador estatal.

Informó que la próxima semana serán nombrados los nuevos sub procuradores en cada uno de los municipios y los directivos, quienes son revisados en el Centro de Confianza en la Procuraduría General de la República.

Informó que se tiene contemplados, hasta el momento, para ocupar los diferentes puestos a Carlos Cataño, Víctor Cota Alanís, Cecilia Navarro, Bárbara Ojeda, Manuela Holguín.

Secuestran a agentes de la AFI

Agentes de la AFI sufren secuestro a manos del cártel del Golfo y de su brazo armado Los Zetas (Foto: Archivo / EL UNIVERSAL)

Ni la AFI se salva en Reynosa
El poder y violencia del narcotráfico es tan importante aquí que ni los policías gozan de seguridad. La odisea de cuatro agentes especiales de la Agencia Federal de Investigación (AFI) es la constancia de lo que puede ser un levantón o secuestro a manos del cártel del Golfo

Francisco Gómez/El Universal

Sábado 08 de diciembre de 2007  

francisco.gomez@eluniversal.com.mx

REYNOSA, Tamaulipas— El poder y violencia del narcotráfico es tan importante aquí que ni los policías gozan de seguridad. La odisea de cuatro agentes especiales de la Agencia Federal de Investigación (AFI) es la constancia de lo que puede ser un levantón o secuestro a manos del cártel del Golfo y de su brazo armado Los Zetas.

Atardecía cuando los agentes Raúl Aponte Santillán, Luis Solís Solís, Omar Víctor Nolasco Espinoza y Óscar Alberto Vértiz Valenzuela tuvieron frente a sí la constatación del nivel de inseguridad en esta ciudad. Ante cientos de testigos, los policías del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) fueron sometidos y plagiados por un comando.

La historia de los federales se mantuvo oculta, EL UNIVERSAL tuvo acceso a ella y estuvo a punto de convertirse en una tragedia en abril, pero al final y después de ser levantados o secuestrados por casi 24 horas, recorrer con ellos más de 200 kilómetros, sus captores, Los Zetas, no los ejecutaron y los entregaron a la policía en Nuevo León.

Los integrantes del GOE, al que pertenecen los cuatro agentes federales plagiados, llegaron vía aérea el 13 de abril a Nuevo León para evitar ser detectados por informantes del crimen organizado. Ahí, durmieron en el hotel Ochenta y ocho. Un día después salieron hacia esta ciudad, donde pasarían una de las peores experiencias a las que se puede enfrentar cualquier persona: "¿quieren saber quiénes los van a matar?... Los Zetas", decían sus captores una y otra vez.

La llegada y sus acciones

A bordo de cinco camionetas, los elementos del GOE salieron el 14 de abril a las 10:00 horas de Monterrey a Reynosa. Fue un viaje tedioso, lleno de problemas y malos presagios.

Para empezar, sólo dos vehículos llegaron con todo el grupo, las otras tres camionetas se averiaron. Los agentes federales que venían en las unidades dañadas tuvieron que subir a las otras para, al fin, llegar a Reynosa.

El arribo fue por la tarde del mismo sábado al cuartel militar; para evitar fugas de información o traiciones no se dan a conocer las acciones del GOE a la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR).

En las instalaciones militares les asignaron sus dormitorios y recibieron la orden de que descansaran. Sin embargo, una hora más tarde, su jefe les ordenó alistarse. Fueron a una discoteca, La cincuenta y siete, detuvieron a siete personas y las trasladaron al campo militar, de ahí al aeropuerto para enviarlas al DF.

El 15 de abril, los integrantes del GOE descansaron en el cuartel militar hasta las ocho de la noche. De nuevo vino la orden de subir a los vehículos y salir en caravana hacia el aeropuerto. La instrucción era escoltar a un grupo de militares que trasladarían ahí a dos detenidos para enviarlos al Distrito Federal. El operativo se hizo sin contratiempos. Después regresaron a la base militar, donde durmieron.

El 'levantón'

El lunes, los federales permanecieron hasta cerca de las tres de la tarde en las instalaciones militares. Casi a esa hora, el agente Solís pidió a su compañero Vértiz acompañarlo a un cajero bancario y al centro comericial Soriana. Con ellos fueron el comandante Nolasco y el agente Aponte. En un automóvil Neón, los cuatro llegaron a Plaza Real, situada sobre el bulevar Hidalgo. Fueron 20 minutos de camino.

Llegaron al cajero automático. Recorrieron la plaza. Una hora después, cuando iban de regreso, dos camionetas les cerraron el paso. De esas unidades bajaron tres sujetos con armas R-15 que se identificaron como policías ministeriales del estado. Ellos se identificaron como elementos de la AFI. Pese a que en todo momento les apuntaron, al final los hombres armados los dejaron irse.

Pero sólo fue por un momento. Unos kilómetros más adelante, de nuevo las dos camionetas dieron alcance al auto de los federales. "El jefe quiere hablar con ustedes", les dijeron. Ellos reclamaron, pero casi de inmediato llegaron tres camionetas más con hombres armados. Fueron sometidos y subidos a empellones a una de ellas. Les colocaron sus propias camisas en la cara. Comenzó la golpiza. "Ya valió madre", sentenciaron sus captores.

La entrega

El grupo armado partió con los cuatro agentes secuestrados. Les quitaron todas sus pertenencias e identificaciones. Durante una hora los golpes, las patadas y las preguntas fueron incesantes. En el trayecto a la casa donde los llevaron y los tuvieron casi ocho horas arrodillados, el comando se comunicaba con claves exclusivamente, aunque en ese sitio uno de los agentes alcanzó a escuchar que la orden era llevarlos al poblado de China, en Nuevo León.

Los subieron a otra camioneta, una con caja tapada. Ahí colocaron a los cuatro. En el trayecto, el comandante Nolasco, que tenía la cara tapada, dijo los nombres de cada uno de ellos como pasando lista. Todos respondieron. Todos estaban vivos hasta ese momento, pese a las amenazas constantes de matarlos. Vino entonces la salvación. Solís traía un teléfono celular oculto en su ropa interior. Con él hizo una lñlamada a su base en México, al comandante Puma. "Nos levantaron", le dijo, y le informó a dónde los llevaban.

Una nueva parada. Golpes, tortura sicológica con disparos, desmayos y preguntas: ¿qué hacían en Reynosa? La respuesta fue acordada por los cuatro agentes especiales. Decir que venían acompañando a un agente del Ministerio Público federal. No más. Los helicópteros de la policía que los buscaban comenzaron a pasar cerca. Los federales pensaron que serían asesinados ahí.

Nuevamente fueron subidos a una camioneta. Los federales pensaron que serían asesinados en cualquier momento. De nuevo, fueron trasladados a otro sitio, pero en el trayecto escucharon que quien conducía preguntó por radio "si los municipales ya habían colocado el retén donde se les dijo", pues "en minutos llegarían con los cuatro federales y que sus armas venían en una bolsa negra". Pasaron 15 minutos y de pronto los agentes escucharon sirenas.

La camioneta paró su marcha. Los agentes fueron bajados a golpes de ella. Y de pronto la sorpresa. Un grupo de uniformados, todos encapuchados, los recibió. "Póngalos a disposición", les dijeron los captores.

Los llevaron a la estación de policía de Guadalupe, Nuevo León, donde llegaron elementos de la Policía Federal Preventiva a interrogarlos.

Finalmente, la odisea terminó.

Thursday, December 6, 2007

De “avestruz”

De "avestruz"

por: HÉCTOR DE MAULEÓN


Nadie sabe dónde está. Trabajaba como diseñador gráfico en una empresa de Mexicali que hacía gafetes de identidad. No ganaba siquiera para rentarse un departamento: seguía viviendo en la casa de sus padres. Lo llamaban Félix.

En 1997, sus jefes le encargaron un juego de identificaciones que serían usadas durante una convención de miembros de corredores de inmuebles. Las estaba diseñando cuando un cliente apareció en la empresa con intención de hacer un pedido de gafetes para una firma publicitaria. El cliente iba acompañado por un colombiano. Un hombre que hablaba demasiado alto,

y al que por eso apodaban El Gritón.

"Me dan ganas de decirle que se salga del taller",

le dijo Félix a un compañero. "No me puedo concentrar con este ruido".

El compañero respondió en voz baja: "Cálmate, porque éste es de cuidado".

El Gritón no oyó la conversación, pero le llamó

la atención el trabajo que el diseñador estaba haciendo. "Qué bonitos gafetes". Antes de irse, le pidió

el número de su celular. "Puede haber por ahí un encarguito".

Le llamó esa misma tarde para pedirle una cita. Félix tuvo desconfianza. Pero andaba corto de dinero, y terminó por citar al colombiano para las diez de la noche, frente a las oficinas de la policía judicial del estado. "Pensé que si era de cuidado, yo podía estar protegido en ese sitio", diría después.

El Gritón lo aguardaba en una camioneta Dodge

de color azul, con techo y cofre de color plata. No se anduvo con rodeos: mostró un gafete de la policía judicial del estado y le preguntó si se sentía capaz de falsificarlo. "La paga es buena".

Félix se amedrentó, rechazó el encargo y se fue a su casa. Pero había cometido el error de entregar su número telefónico. El Gritón lo buscó insistentemente, lo acosó durante un mes, hasta que el diseñador se sintió asustado. Para quitárselo de encima, le dijo que la computadora con la que podía hacer el trabajo no era suya, sino de la empresa, y que además se trataba de una máquina muy lenta. El Gritón se exasperó:

"No me andes con pendejadas. La gente a la que le interesa el trabajo tiene mucho dinero y no se anda fijando en esas cosas. Investiga cuánto cuesta la computadora. Te llamó más tarde".

Félix sintió que tiraba al vacío. En internet encontró una Pentium con digitalizador óptico, cuyo precio era de cinco mil dólares. Pensó que una suma tan alta desanimaría a El Gritón, pero se equivocó. Esa misma tarde, éste le llevó el dinero al taller. "Pura moneda americana".

La máquina fue comprada en Estados Unidos. Félix sufrió con una infinidad de detalles técnicos, pero al fin pudo instalarla. "Hazme una prueba

—dijo El Gritón—. Saca un gafete".

"Aquí no", le respondió el diseñador. "No quiero involucrar en esto a la empresa".

El colombiano decidió llevarlo a una casa de la colonia Virreyes. "Me van a matar por traerte aquí",

le dijo. La casa estaba vacía. Había pocos muebles

y un hombre con aspecto de policía al que llamaban Lalo. Ahí, el colombiano le entregó un gafete y una credencial de la judicial. "Ponte a trabajar", le ordenó.

El diseñador se tardó dos días. Pero logró imitar los documentos "hasta en el color".

"¡Quedaron al chingadazo!", dijo el otro muy contento.

Al día siguiente le llevó veinticinco fotografías. "Son para pegarlas en las credenciales. Tú inventa los nombres, menos en ésta, que tiene que ir a nombre de Juan Carlos Ramos".

Félix miró la foto. Había un hombre robusto, moreno, de bigote ralo.

El Gritón le pagó mil 200 dólares.

"¿Ya ves qué fácil?".

Cuando Félix se despidió, alegando que debía volver a su trabajo, el colombiano sonrió: "¿Cuál trabajo? ¿No te das cuenta dónde te has metido? Estas gentes son muy pesadas. Ya no te puedes salir. Incluso ya no vas a poder seguir trabajando en la misma empresa".

El falsificador del cártel

Comenzaba 1998. Una noche en que Félix conversaba con amigos frente a la casa de sus padres, una Suburban negra se aproximó por la calle. "Sube. Te quiere conocer el patrón".

Había pasado un año desde la falsificación de las credenciales. De vez en cuando, El Gritón le daba a regañadientes unos cuántos dólares, "para gastos". Pero a Félix no le alcanzaban ni para activar su celular. Menos, para reparar su viejo Thunderbird, que se había quedado tirado desde hacía tiempo.

La Suburban lo condujo esa noche al fraccionamiento Las Fuentes, hasta una calle solitaria en la que había varios vehículos con el motor encendido. Dentro de una camioneta Lobo, se hallaba el patrón. Éste se presentó:

"Gilberto Higuera Guerrero".

Era el sujeto cuya fotografía había puesto a nombre de Juan Carlos Ramos. Su cabeza tenía precio. Le apodaban El Gilillo.

Félix subió a la camioneta. El patrón le ofreció un cigarro y le dijo la razón por la que lo andaban buscando: la fecha de las credenciales había expirado, era necesario hacer un juego nuevo. Sólo que no iba a ser tan fácil como la primera vez: para evitar falsificaciones, la Procuraduría acababa de poner un holograma en las credenciales de los agentes.

"¿Lo puedes copiar?".

"Sí —dijo Félix—. Pero tienen que comprar otro equipo".

El Gilillo reclamó:

"Ya te hemos dado mucho dinero, pero dice El Gritón que pides más y no quieres trabajar".

Félix supo en ese instante que El Gritón se estaba quedando con la paga, pero guardó silencio. Se puso a temblar cuando el patrón le dijo:

"Ya hasta te íbamos a levantar".

"La computadora que tengo no puede hacer hologramas. Hace falta un equipo más potente", tartamudeó el diseñador.

El Gilillo le ordenó que lo buscara, y le entregó un rollo de billetes verdes. Dos mil 500 dólares, "para gastos". Le ordenó también:

"Activa tu celular, y repara tu vehículo".

Luego, el convoy se alejó.

Los hologramas podían hacerse en serigrafía, con una impresora de resina térmica que costaba 15 mil dólares. Félix se lo informó a uno de los ayudantes del patrón. Una hora después de la llamada, le llevaron a su casa una bolsa con dinero, y le ordenaron que rentara un departamento para instalar el equipo, un sitio donde pudiera trabajar sin que nadie lo viera.

Encontró un buen lugar en alguna de las unidades del Infonavit. La reproducción del holograma no fue nada sencilla, pero al fin pudo preparar 30 juegos de gafetes y credenciales, entre las que estaba "la del mero jefe": el hermano de El Gilillo, Ismael Higuera Guerrero, alias El Mayel, cabeza del brazo armado y uno de los operadores más violentos del cártel de los Arellano Félix.

El diseñador recibió siete mil dólares por el trabajo. Los derrochó en pocas semanas en la intensa noche mexicalense, y no volvió a ver a nadie hasta que la fecha de las credenciales expiró nuevamente.

En diciembre de 1998, el propio Gilillo fue a buscarlo al departamento. Félix había comprado una cámara Casio para poder tomar las fotos él mismo. "Quería que todas tuvieran el mismo formato". Pero el grupo que había que retratar no estaba completo, "algunos andaban trabajando en Tijuana y Ensenada". Le dijo Gilberto: "Voy a mandar por ti mañana para que tomes las fotos que faltan".

Al día siguiente, a las dos de la tarde, un hombre silencioso lo recogió en una pick up. Cambiaron de vehículo en un entronque. Luego, con el acelerador a fondo, se trasladaron a Tijuana. Cuando aparecieron las primeras casas de la ciudad, el hombre informó por radio: "Ya traigo al fotógrafo". Le contestaron: "Súbelo, pero 'de avestruz'". El hombre le pidió que se tumbara en el piso, y no alzara la cabeza hasta que se lo ordenaran.

Félix obedeció. Tal vez por primera vez se vio a sí mismo metido hasta el cuello en la delincuencia organizada. Iba tumbado en el piso de una camioneta, mientras los otros cruzaban claves extrañas. Al fin, se oyó una puerta eléctrica que se abría; bajó del auto y avanzó por el jardín de una casa "de tipo griego, en desniveles". En la sala aguardaban dos hombres de saco y corbata. Los retrató. Nunca supo quiénes eran. [Pero en esos años, en Tijuana, no había más ley que la de Ramón y Benjamín Arellano Félix. "Súbelo, pero 'de avestruz', habían dicho a través del radio. Félix comprendería después que "subir" era la palabra que se usaba cuando alguien iba a encontrarse con los jefes máximos.]

Así que al terminar la sesión "lo bajaron", otra vez "de avestruz". Pensó que lo llevaban a Mexicali, pero la camioneta tomó el camino de Ensenada. Félix fue introducido en una casa que tenía piso de mármol verde y carecía de muebles. Sólo había un televisor de pantalla grande, rifles de asalto y varias mochilas. Ahí estaba Ismael Higuera Guerrero, El Mayel, acompañado por un sujeto apodado El 85, y por otro al que le faltaban tres dedos y le decían El Quemado. Al poco llegaron Gilberto y su antiguo conocido, El Ronco. Les tomó las fotos mientras ellos conversaban: hablaban de los Arellano Félix, de un hombre al que tenían castigado en un lugar llamado "la casita", y al que El Mayel decía que había llegado la hora de perdonar. "Levántenle el castigo", ordenó. Hablaban también de embarques y desembarques, de un grupo de federales al que apodaban Los Felicianos, y que colaboraban con ellos, brindándoles protección. Todo lo hicieron como si Félix no estuviera presente. Regresó a Mexicali con el bolsillo retacado de dólares, y la impresión de que "ya me tenían confianza", de que al paso del tiempo se iba convirtiendo en uno de ellos.

Fue así como el narco lo devoró, como se convirtió en el falsificador oficial del cártel.

En la madrugada del 4 de mayo de 2000, la policía recibió una llamada anónima: unos hombres disparaban al aire y escandalizaban en una casa cercana a la Universidad Autónoma de Baja California. Un grupo de élite se trasladó al inmueble y fue recibido a tiros. Se trataba, sin embargo, de disparos inútiles: los agresores se hallaban totalmente alcoholizados. Fueron sometidos con facilidad. Sólo uno siguió disparando desde la parte alta de la casa. Uno de sus cómplices le dijo por radio: "Ya estamos dados, date tu también". Era El Mayel.

Se dice que pocos minutos después de la detención, timbró el celular del capo. Un militar contestó la llamada.

—Como hombres —le dijeron—, ¿lo tienen vivo o muerto?

—Vivo —respondió el militar.

—Entonces, como hombres, ¿cuánto para que lo entreguen, como se encuentre?

El militar colgó. Cuando la niebla provocada por las granadas de humo empezó a disolverse, el grupo de élite decomisó dólares, joyas, armas… y varias credenciales de la policía judicial del estado.

La suerte de Félix había quedado echada. Lo agarraron en el departamento que había rentado en el Infonavit, y en el que estaba viviendo desde hacía dos años. El Thunderbird había vuelto a descomponerse. La policía aseguró la Pentium, la cámara Casio y varios juegos de fotos. Las pruebas de las credenciales falsas salían por racimos de los cajones. Aunque Félix decía que lo había hecho todo por miedo, que era una víctima más de la ley de la plata o el plomo, le fincaron acusaciones por falsificación de documentos públicos y asociación delictuosa. Eso, para abrir boca.

Llegó a la representación social desencajado y tembloroso, pidiendo que lo volvieran testigo protegido. Lo llamaron "Félix". Pero tenía poco qué aportar. Su nombre habría de perderse entre la montaña de fojas que forman el proceso contra el operador más sanguinario y violento del cártel de los Arellano Félix.

De Mauleón.
Su libro más reciente es Como nada en el mundo
(Planeta, 2006).

Tuesday, December 4, 2007

Sicario

Sicario

Sicario es el asesino que mata por encargo o contrato. Los sicarios incluso recurrían al asesinato para obtener su objetivo. Debajo de sus capotes encubrían la sicae, o daga pequeña, por la cual recibieron su nombre. En las asambleas populares, particularmente durante el peregrinaje al templo, apuñalaban a sus enemigos (romanos o simpatizantes romanos), lamentándose ostensiblemente después del hecho para escapar de la detención. Literalmente, Sicarii significaba "hombre-daga".


Contenidos
1 Etimología
2 Víctimas
3 Rebelión judía
4 Judas Iscariote

Etimología

Si carii (plural latino de Sicarius, de la "daga" o un asesino de contrato o encargo) es un término aplicado, en las décadas anteriores a la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C, a los defensores judíos, (o a los insurrectos) que procuraron expeler a los Romanos y a sus partidarios de Judea:"Cuando Albinus alcanzó la ciudad de Jerusalén, dobló cada esfuerzo e hizo cada disposición de asegurar paz en la tierra exterminando la mayor parte del Sicarii." - Flavio Josefo, antigüedades judías ( xx.208)


Víctimas

Las víctimas del Sicarii incluyeron a Jonatán el supremo sacerdote, aunque es posible que su asesinato haya sido orquestado por el gobernador romano Félix. Algunos asesinatos eran llevados a cabo como venganza contra los romanos por parte de la población judía entera del país. En algunas ocasiones, podían ser sobornados para que no mataran a sus víctimas previstas. Si la narrativa de Barabás no es una invención para crear una parábola, incluso Sicarios condenados eran en ocasiones liberados si prometían no matar a sus opositores, aunque no hay evidencia para esta práctica fuera de los evangelios, que concuerdan en gran parte en este punto. Una vez, cuenta Flavio Josefo, después de secuestrar al secretario de Eleazar, gobernador de los recintos del templo, los sicarios llegaron a un acuerdo para liberarlo a cambio de diez de sus camaradas capturados.


Rebelión judía

Al principio de la rebelión judía (66), Sicarios, con la ayuda de otros zelotas, entraron en Jerusalén y cometieron una serie de atrocidades, para forzar a la población a luchar. En una relato del Talmud destruyeron el suministro de alimentos de la ciudad para forzar a la gente a luchar contra el sitio romano en vez de negociar la paz. Sus líderes, incluyendo Menahem ben Jair, Eleazar ben Jair, y Bar Giora, eran figuras importantes en la guerra, y Eleazar ben Jair finalmente logró escapar al ataque romano. Junto a un pequeño grupo de seguidores, se abrió camino hasta la fortaleza abandonada de Masada, donde siguió con la resistencia contra los romanos hasta 73, año en que los romanos tomaron la fortaleza y descubrieron que la mayoría de sus defensores habían preferido suicidarse antes que rendirse.

En el libro "La Guerra Judía" (VII) de Flavio Josefo', tras la caída del templo en el 70, los sicarios se convirtieron el partido judío revolucionario dominante, disperso en el exterior. Flavio los asocia particularmente con el suicidio en masa en Masada en 73 y el subsiguiente rechazo "a someterse al censo de impuestos cuando Cyrenius fue enviado a Judea a levantar uno" (José) como parte de su estrategia religiosa y política como luchadores de la resistencia:

"Algunas de las facciones de los Sicarion...no contentos con haberse salvado, volvieron a embarcarse en una nueva intriga revolucionaria, persuadiendo a aquellos que los recibían allí a reafirmar su libertad, a no valorar a los romanos como mejores que ellos mismos y a considerar a Dios su único Amo y Señor" (citado por Eisenman, p 180).


Judas Iscariote

En el nombre de Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesus, el epíteto "Iscariote" es interpretado por la mayoría de los eruditos como una transformación helenizante de sicario. El sufijo "-ote" denota membresía o pertenencia a - en este caso a los sicarios. Este significado se pierde cuando los Evangelios son traducidos a hebreo moderno: Judas es traducido como "Ish-Kerayot", convirtiéndolo en un hombre de los suburbios de la ciudad. Robert Eisenman presenta la visión general de historiadores seculares (Eisenman pag 179) al identificarlo en cambio como "Judas el Sicario". La mayoría de las consonantes y vocales coinciden con Flavio, Sicarioi/Sicariōn; en el Nuevo Testamento Iscariote. (Eisenman 1997 pp 179 etc)


Escobar

Foto: Pablo Escobar en un video casero


Pablo Escobar


Nacido 1 de diciembre de 1949 en Medellín, Colombia
Fallecido 2 de diciembre de 1993 en Medellín, Colombia

Pablo Emilio Escobar Gaviria (* 1 de diciembre de 1949, El Tablazo, vereda de Rionegro - † 2 de diciembre de 1993, Medellín) fue un poderoso narcotraficante colombiano que además alcanzó a hacer carrera como congresista de la República de Colombia.

Como líder del Cartel de Medellín, fue el máximo capo de la mafia colombiana. Las autoridades colombianas lo vinculan al asesinato de más de 2000 personas. Organizó y financió una extensa red de sicarios y con sus actos terroristas (carros bomba en las principales ciudades del país) desestabilizó al país y se constituyó en uno de los criminales más buscados del mundo a comienzos de los años 1990. Murió abatido por la policía 15 meses después de haberse fugado de la cárcel.


Contenidos
1 Inicios
2 Inicios en la política
3 Propiedades
4 Período de violencia
5 Últimos actos
5.1 Su muerte
6 Familia
7 Campaña "Pablo Presidente"
8 Exhumación
9 Bibliografía
10 Véase también
11 Notas


Inicios

Empezó su carrera robando autos en las calles de Medellín pero pronto se involucró en el tráfico de marihuana hacia los Estados Unidos. En la década de los setenta se convirtió en una pieza clave para el tráfico internacional de cocaína.

Posteriormente llegaría a acumular una fortuna superior a los tres mil millones de dólares y a ser el 3er hombre mas rico del mundo según la revista Forbes.

El Cartel de Medellín de Pablo Escobar fundó el primer grupo paramilitar moderno de Colombia llamado MAS como respuesta a los secuestros y acciones guerrilleras en su contra, patrocinó el inicio y ascenso del ahora conocido Atletico Nacional. De acuerdo con documentos de la DEA, (Dirección antidrogas de los Estados Unidos) el MAS fue fundado en 1981 por el Cartel de Medellín, al cual se vincularon también Carlos Castaño y su hermano Fidel, luego conocidos comandantes paramilitares.


Inicios en la política

Para intentar ocultar sus negocios en el narcotráfico, Pablo Escobar construyó muchas obras benéficas para los pobres, entre ellas varias canchas de fútbol y un barrio entero llamado "Medellín sin tugurios".

Impuso su conocida ley de "plata o plomo", por la cual muchos miembros del gobierno, policía y militares colombianos o aceptaban la "plata" (dinero) o les caía una lluvia de "plomo"(balazos).

Se ganó mediante la intimidación el apoyo que lo llevaría a la Cámara de Representantes por el movimiento Alternativa Liberal, después de haber sido expulsado junto con Jairo Ortega Ramírez del Nuevo Liberalismo que había fundado Luis Carlos Galán. Como congresista suplente, fue invitado en 1982 a la posesión como jefe de Gobierno de Felipe González en España por el empresario español Enrique Sarasola quien tenía negocios importantes en Medellín.

De esta forma, en su mejor momento logró acumular gran influencia en múltiples estamentos legales, civiles, económicos, religiosos y sociales del país, de Antioquia y de Medellín.


Propiedades

Fue dueño de una de las haciendas más extensas de Colombia, llamada Nápoles, que se convirtió en su centro de operaciones. En esta hacienda reunió más de 200 especies de animales exóticos para la región, como lo eran jirafas, elefantes, cebras y avestruces, todos ingresados al país como fruto del soborno a las autoridades aduaneras. Era aficionado a los carros lujosos y luego del atentado perpetrado por sus enemigos del Cartel de Cali se encontraron más de 40 autos deportivos en el estacionamiento del edificio Mónaco, donde vivía parte de su familia. Es difícil calcular la totalidad de sus bienes raíces, como edificios, fincas y casas, pero algunos datos hablan de más de 500 predios de su propiedad. También poseía un helicóptero, decenas de lanchas y varias avionetas para transportar la droga a través de la difícil geografía colombiana. Su deporte favorito era el fútbol y según las autoridades estuvo vinculado con el equipo Atlético Nacional, de la ciudad Medellín.

A finales de los años ochenta fue considerado como el séptimo hombre más rico del planeta.


Período de violencia

En 1983 fue expulsado del movimiento político y denunciado por el entonces Ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, a quien presuntamente mandó asesinar.

Según uno de los testimonios recogidos en una Comisión de la Verdad conformada en 2005, Escobar les habría pagado US$2 millones a la guerrilla del M-19 por 'tomarse el Palacio de Justicia' en noviembre de 1985. Dicha toma fue violentamente contrarrestada por las Fuerzas Armadas, dejando un saldo de decenas de muertos y 11 desaparecidos.

Entre sus crímenes más notorios está el haber hecho estallar el vuelo 203 de Avianca en pleno vuelo, con un saldo de casi 200 muertos. En la campaña presidencial de 1989 asesinó a varios candidatos, entre ellos Luis Carlos Galán, quien tenía una clara ventaja en las encuestas y se perfilaba ya como el próximo presidente. También hizo dinamitar el edificio del DAS, la policía secreta colombiana, buscando acabar con su director, el general Miguel Alfredo Maza Márquez, quien salió ileso a pesar de que la edificación quedo completamente destruida. Dicho atentado le costó la vida a cerca de setenta personas y causó centenares de heridos.

Pablo Escobar influenció e intimido durante varios meses a miembros de la Asamblea Constituyente de 1991 para promover la prohibición de la extradición con la mediación especial de Alberto Villamizar, esposo de Maruja Pachón de Villamizar (Periodista) quien fue víctima de la ola de secuestros ejecutada a periodistas y otros para presionar al gobierno en una anulación de la extradición de narcotraficantes a la mano dura del gobierno de Estados Unidos.

Tras amedrentar al gobierno de César Gaviria Trujillo mediante la violencia, se entregó a la justicia en junio de 1991 con la condición de no ser extraditado. Es recluido en "La Catedral", una cárcel en el municipio de Envigado construida según las especificaciones de Escobar y desde donde siguió delinquiendo, ejecutando incluso a viejos compañeros de la mafia en sus instalaciones, entre ellos los hermanos Moncada Galeano. El 20 de julio de 1992 se fuga tranquilamente tras haberse enterado de que iba a ser trasladado de prisión.

El asesinato de los Moncada hizo que personas en la mafia y en los paramilitares conformaran un grupo que se hizo llamar "Los Pepes" ("Personas enemigas de Pablo Escobar") y que utilizó las mismas tácticas terroristas para enfrentar al capo. Pusieron bombas en sus edificios, asesinaron a sus abogados y profundizaron el baño de sangre que sufría Colombia. Los hermanos Castaño también tuvieron una disputa con Escobar, y Fidel Castaño se convirtió en jefe de operaciones de "Los Pepes". Después de la muerte de Escobar y luego de la misteriosa desaparición de Fidel en 1994 en el norte de Colombia, Carlos Castaño lograría convertirse en la cabeza paramilitar visible del país.


Últimos actos

El gobierno colombiano conformó un grupo especial llamado el Bloque de Búsqueda con el único objetivo de capturarlo. Con el soporte logístico de Estados Unidos, empezaron a desarticular su red de sicarios y a dar de baja a sus principales lugartenientes. Escobar también logró ganarse el respaldo de cierta parte de la población con actos como en el que ayudó al municipio de Envigado (cercano a Medellín) a pagar los servicios publicos, en este municipio fue querido por la gente que siempre oculto su lugar de residencia.


Su muerte

Finalmente, el 2 de diciembre de 1993, a las 14:59 hora local, fue abatido por una unidad de élite, encabezada por Hugo Martínez, de la policía colombiana, tras la intercepción de una llamada de Escobar a su familia, mientras hablaba con su hijo quien lo advertía de un posible rastreo de la llamada, sus últimas palabras fueron "Te dejo porque aquí esta pasando algo raro".

Es Pablo, es Pablo... ¡Viva Colombia! ¡Está muerto!, dijo Hugo Heliodoro Aguilar (quien luego fue Gobernador del departamento de Santander después de matarlo). Ese día Pablo Escobar se encontraba con su guardaespaldas Álvaro de Jesús Agudelo, apodado Limón, quien también fue dado de baja por el Bloque de Búsqueda de la policía. Existen aparte de esta otras tres explicaciones de su muerte:
Suicidio (versión apoyada por su familia): Según esta teoría, Escobar se suicidó tras recibir algunos disparos en el tiroteo. Su tía menciona: "el decía: «prefiero tener una tumba en Colombia, que estar en una cárcel en Estados Unidos»". Según su hermano Roberto, Pablo solía repetir que el día que estuviera por ser atrapado por la policía se dispararía un tiro en la oreja, de manera de no fallar. Su craneo, exhumado en el 2006, si muestra un gran orificio en esa zona.
Francotirador: Otra hipótesis dice que lo mataron con un disparo que lo impactó entre las cejas. Esta increíble hazaña solo pudo ser realizada por un francotirador de Estados Unidos, de la ultra-secreta Delta Force. Sin embargo, la policía colombiana niega la participación de Estados Unidos en la balacera.
El final "menos romántico": Otros dicen que, al quedar gravemente herido, fue muerto por un disparo en su oreja, hecho por un miembro de la policía (Hugo Heliodoro Aguilar) que lo estaba persiguiendo por el edificio.

Su tumba, situada en el cementerio Jardines de Montesacro, cerca de Medellín, es una de las más visitadas de Colombia.


Familia

Su familia estaba conformada por Victoria Henao, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976, y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela. Después de la muerte de Escobar salieron del país, pero fueron devueltos en cuanto pisaron España, corriendo con la misma suerte en Alemania. Finalmente se instalaron en Buenos Aires, donde han tenido varios problemas legales. Para alejar el estigma de tener el apellido de Escobar, decidieron cambiarse de nombre. Así, Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos Caballero, Juan Pablo es ahora Juan Sebastian Marroquín y Manuela se llama Juana.


Campaña "Pablo Presidente"

El 4 de abril de 2006 en Medellín aparecieron 200 afiches pegados en postes y paredes de los barrios Floresta, Laureles, El Poblado y la estación Industriales del metro en los que se lee: "PABLO PRESIDENTE: Soberanía. Independencia"[1]
Exhumación [editar]

El 8 de noviembre de 2006, dos días después de la muerte de su madre Hermilda, el cadáver de Escobar fue exhumado por orden de Nicolás Escobar, sobrino de Pablo e hijo de Roberto Escobar, alias "El Osito". Sebastián Marroquín acusó a su primo de haber vendido las imagénes de la exhumación a la televisión (éstas fueron transmitidas en directo[2] ) y de lucrarse con la memoria del capo. La disputa familiar se hizo más profunda tras conocerse que Nicolás se quedó con tres dientes y un pedazo del bigote que aún quedaba en la osamenta, aunque él alega que las conservó para realizar pruebas de ADN que resolverían los reclamos de paternidad de dos supuestos hijos del narcotraficante[3] .


Bibliografía
Salazar, Alonso. La parábola de Pablo. Editorial Planeta, 2001. ISBN 958-42-0148-4.
Castillo, Fabio. Los jinetes de la cocaína. Editorial documentos periodísticos, 1987.
Cañón M., Luis. El patrón : vida y muerte de Pablo Escobar. Editorial Planeta, 1994.
Escobar, Roberto.Mi hermano Pablo. Quintero Editores, 2000. ISBN 8482805364


Miembros Cártel de Cali

Miembros Cártel de Cali


Gilberto Rodríguez Orejuela

Gilberto Rodríguez Orejuela, también conocido como "El Ajedrecista" es un confeso narcotraficante colombiano y principal cabecilla del Cartel de Cali, basado en la homónima ciudad colombiana.

De acuerdo a algunos estimados, el Cartel de Cali llegó a controlar el 80% de la cocaína exportada de Colombia a los Estados Unidos. Gilberto Rodríguez Orejuela fundó el Cartel de Cali en los años 1970 junto con su hermano Miguel y José Santacruz Londoño.

Fue apodado El Ajedrecista por su astucia para permanecer un paso adelante de sus rivales y evitar a las autoridades. Aún cuando su cartel es conocido por una reputación violenta, Rodíguez Orejuela prefería el soborno y, en muchos casos, se consideraba un hombre de negocios ganándose el respeto en la región.

Tras la muerte del narcotraficante Pablo Escobar del rival Cartel de Medellín, Gilberto Rodríguez Orejuela y su hermano Miguel fueron capturados en Cali en 1995 durante la administración del presidente Ernesto Samper, cuya presidencia fue empañada por las acusaciones de haber recibido donaciones del Cartel de Cali.

El presidente Samper creo un "Bloque de Búsqueda" con miembros de la Policía y comandos de élite, declarando una guerra total contra los carteles de las drogas. Gilbero Rodríguez fue encontrado en un lujoso apartamento en Cali, escondido en un armario, siendo uno de los primeros grandes capos de la droga en ser arrestado. Pronto gran parte del Cartel de Cali fue arrestado. José Santacruz murió de un disparo mientras huía de la policía.

Gilberto Rodríguez fue sentenciado a quince años de prisión, los cuales se redujeron a siete años por confesión y buena conducta.

Liberado en noviembre de 2002 por cuenta de una sentencia judicial controvertida, expedida por el juez Pedro José Suárez, quien consideró que las reducciones y la excarcelación eran aplicables por la figura del habeas corpus.

Acusado de enviar 150 kilos de cocaína a los Estados Unidos en 1990, cargo que no había confesado, Gilberto Rodríguez fue recapturado cuatro meses después y extraditado a los Estados Unidos en diciembre de 2004. A este cargo se sumaron otros por haber continuado sus actividades ilegales durante el período en el que estuvo encarcelado.

Declaraciones del fiscal federal Marcos Daniel Jiménez tras la llegada de los Rodríguez Orejuela a los Estados Unidos, sobre la posibilidad de que se les acuse sobre la totalidad de su trayectoria criminal, han generado controversia. La autoridades colombianas han señalado que de acuerdo con los términos de la extradición aprobados por la Corte Suprema de Justicia, los Estados Unidos no pueden procesar a los Rodríguez Orejuela por los hechos previos a 1997.[1]


Miguel Rodríguez Orejuela

Saltar a navegación, búsqueda Miguel Rodríguez Orejuela (Santiago de Cali 15 de agosto de 1943) fue el cofundador del Cartel de Cali, con su hermano Gilberto Rodríguez Orejuela. Plantilla:Cartel cali Capturado el 6 de agosto de 1995, cumplía una condena de siete años de prisión por narcotráfico desde agosto de 2004 hasta que a inicios de 2005 el gobierno colombiano autorizó su extradición, junto con la de su hermano Gilberto a Estados Unidos[1] , donde se procedió con el juicio por la exportación de droga a Estados Unidos y por lavado de activos. Fue hallado culpable y condenado a 30 años de prisión pero tras una negociación se redujo la pena a siete años, con la condición de entregar sus bienes adquiridos de manera ilícita

José Santacruz Londoño

Hélmer Herrera Buitrago

Jairo Ivan Urdinola-Grajales

Julio Fabio Urdinola-Grajales

Henry Loaiza-Ceballos

Victor Patiño-Fomeque

Phanor Arizabaleta-Arzayus

Raul Grajales-Lemos

Luis Grajales-Posso

Juan Carlos Ortiz Escobar

Delito

Delito

El delito es definido como una conducta típica (tipificada por la ley), antijurídica (contraria a Derecho) y culpable. Supone una conducta infraccional del Derecho penal, es decir, una acción u omisión tipificada y penada por la ley

La definición de delito ha diferido y difiere todavía hoy entre escuelas criminológicas. Alguna vez, especialmente en la tradición iberoamericana, se intentó establecer a través del concepto de Derecho natural, creando por tanto el delito natural.

Hoy esa acepción se ha dejado de lado, y se acepta más una reducción a ciertos tipos de comportamiento que una sociedad, en un determinado momento, decide punir. Así se pretende liberar de paradojas y diferencias culturales que dificultan una definición universal.


Contenidos
1 Crimen y delito
2 Clasificación de los delitos
2.1 Comunes y políticos
2.2 Según el momento de su consumación
2.3 Según el resultado
2.4 Según la clase de acción penal que de ellos surge
3 Delitos en particular
3.1 Delitos contra la vida
3.2 Delitos contra el honor
3.3 Delitos contra la libertad e indemnidad sexual (a veces llamados contra la honestidad)
3.4 Delitos contra la libertad
3.5 Delitos contra la propiedad
3.6 Delitos contra la seguridad de los medios de transporte y de comunicación
3.7 Delitos contra la salud pública
3.8 Delitos ecológicos
3.9 Delitos contra el orden de las familias
3.10 Delitos contra el orden público
3.11 Delitos contra la seguridad nacional
3.12 Delitos contra la administración pública
3.13 Delitos contra la administración de justicia
3.14 Delitos contra la fe pública
3.15 Delitos internacionales

1 Crimen y delito

Crimen y delito son términos equivalentes. Su diferencia radica en que delito es genérico y por crimen se entiende un delito más grave o, en ciertos países, un delito ofensivo en contra de las personas. Tanto el delito como el crimen son categorías presentadas habitualmente como universales, sin embargo los delitos y los crímenes son definidos por los distintos ordenamientos jurídicos vigentes en un territorio o en un intervalo de tiempo

De todas formas podemos distinguir tanto en el delito como en el crimen una faz ideal y otra material: en la primera se define una conducta y se le asigna un castigo, en la segunda se aplica un castigo fundamentándose el órgano ejecutor en que el castigado incurrió en una conducta previamente definida como delito o crimen. Tanto el crimen en su faz ideal y en su faz material ha sido distinto en todos los momentos históricos conocidos y en todos los sistemas políticos actuales.

Se puede alegar que el homicidio es considerado delito en todas la legislaciones, pero matar a otro es castigado como homicidio sólo bajo estrictas condiciones: que no se mate en una guerra, que no se mate ejerciendo una profesión (médicos, enfermeros, policías, jueces, ministros del interior, ministros de defensa), o que no se mate en legítima defensa.

Por otro lado, existen delitos y crímenes considerados internacionales, como el genocidio, la piratería naval, el tráfico de personas, etc. Pero un crimen que no es castigado es tan solo un reproche moral injurioso en contra de una persona, inclusive si ella incurrió en esa conducta, considerada delito. Solo el castigo constituye a alguien en delincuente o en criminal. El castigo transforma la vaga noción de delito en un hecho. Esta idea se puede intentar refutar argumentando que basta la existencia de una víctima para que exista delito o crimen.

Crear delitos, crímenes y castigos son facultades soberanas de quienes están a la cabeza de un sistema normativo (véase principio de legalidad penal). Eso explica que en Singapur sea un delito mascar goma de mascar en lugares públicos y un crimen botarlo en el piso y en Chile sea un delito fumar marihuana incluso dentro de un espacio privado, o en Alemania el negar el holocausto.


2 Clasificación de los delitos

Algunas de estas figuras penales son comunes a todas las legislaciones, otras las aceptan con restricciones, y otras no las consideran como delitos, aunque puedan ser objeto de alguna acción administrativa o civil.


Comunes y políticos
Delitos Políticos: son aquellos, que tienen por objetivo atentar contra la estabilidad de un régimen político determinado. No buscan el beneficio personal, directamente, del delincuente, sino que buscan cambiar una situación por vías fácticas de violencia. Pueden ser por ejemplo la sedición, revolución, y otros tantos que se dan en las situaciones de inestabilidad política.
Delitos Comunes: son los atentados contra el patrimonio, persona, familia, estado, y otros tantos que no se clasifican como políticos.


Según el momento de su consumación
Delitos instantáneos: son aquellos que se consuman en un solo instante, como lo es el caso del robo.
Delitos instantáneos con efectos permanentes: son los que se ejecutan o consuman en un instante pero sus efectos se prolongan en el transcurso del tiempo, tal es el caso del homicidio.
Delitos continuados: son aquellos que reúnen las siguientes circunstancias: Unidad de resolución, Pluralidad de Acciones y Unidad de Resultados. Es decir, el sujeto activo tienen como finalidad obtener un resultado, pero para tal efecto es necesario que realice diversas acciones para tal cometido, un ejemplo de ello sería de aquel sujeto que quiere robarse un tablero de ajedrez de una tienda comercial y en la mañana se roba un tercio de las piezas, al medio día otro tercio y en la noche el resto.
Delitos continuos o permanentes: son aquellos en que durante toda la realización del delito, este se sigue consumando, es decir, si la conducta tiene una duración de tres o cuatro meses, el delito se consuma en cada momento, como es el caso del secuestro.



3 Delitos en particular
La rama del Derecho penal que versa sobre el análisis pormenorizado de los delitos en particular se denomina comúnmente Parte especial del Derecho penal.

Delitos contra la vida
Homicidio
Asesinato
Magnicidio
Infanticidio
Parricidio
Fratricidio
Aborto
Lesiones
Auxilio al suicidio
Duelo
Abuso de arma
Porte ilegal de armas.
Abandono de personas
Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar
Terrorismo
Uxoricidio
El uxoricidio (del latín uxor, 'esposa' y -cida —del latín caedere, 'matar'—, 'asesino') es el asesinato de la esposa por parte del marido. El uxoricidio, en la mayoría de los casos, tiene como determinante los celos.

En ocasiones, este tipo de violencia es consecuencia del solapamiento de dos mentalidades en conflicto. Para muchos sociólogos, el aumento del uxoricidio en los últimos tiempos se achacaría a que los hombres con una mentalidad machista no aceptarían la emancipación de la mujer o el aumento de su libertades. En muchas sociedades patriarcales el uxoricidio se ve de hecho como un homicidio de menor calado, sobre todo en caso de adulterio, incluso se llega a considerar lo que tiene que hacer el esposo en estos casos.

En la India una causa frecuente de uxoricidio son los problemas de una dote que no satisface al marido o a la familia de éste.

En la literatura, nos encontramos con el asesinato de la esposa de (Othello) Otelo, Desdémona, en la famosa obra de William Shakespeare.

Delitos contra el honor
Injurias
Calumnia
Difamación

Delitos contra la libertad e indemnidad sexual (a veces llamados contra la honestidad)
Violación
Estupro
Abuso sexual
Corrupción de menores
Prostitución infantil
Pornografía infantil
Proxenetismo
Ultrajes al pudor

Exhibicionismo

Delitos contra la libertad
Secuestro
Privación ilegal de la libertad
Reducción a servidumbre
Tortura
Sustracción de menores
Amenazas
Violación de domicilio
Tráfico de personas esclavizadas
Esclavitud


Delitos contra la propiedad
Hurto
Robo
Extorsión
Estafa
Usurpación
Usura
Daños
Incendio
Piratería
Tutela penal del derecho de autor
Tutela penal de la propiedad industrial


Delitos contra la seguridad de los medios de transporte y de comunicación
Piratería marítima.
Piratería aérea.


Delitos contra la salud pública
Narcotráfico
Consumo de drogas
Contagio Venereo
Expendio de Medicamentos sin Receta
Uso malicioso de los oficios de Medico, Enfermera, Odontologo o Veterinario


Delitos ecológicos
Daño al medio ambiente
Caza de especies protegidas
Caza fuera de temporada
Tala de árboles protegidos
Pesca de especies protegidas


Delitos contra el orden de las familias
Adulterio
Bigamia
Poligamia.


Delitos contra el orden público
Instigación a cometer delitos
Asociación ilícita
Intimidación pública
Apología del delito
Evasión de impuestos

Ofensa de los sentimientos religiosos Blasfemia Ultraje a los símbolos de la patria Antisemitismo Asociación ilegal


Delitos contra la seguridad nacional
Traición
Sedición
Atentados al orden constitucional y a la vida democrática
Espionaje
Rebelión Amotinamiento

Delitos contra la administración pública
Usurpación de autoridad, títulos u honores
Abuso de autoridad
Cohecho
Malversación de caudales públicos
Negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas
Exacciones ilegales
Fraude al Fisco


Delitos contra la administración de justicia
Prevaricato Prevaricación
Falso testimonio
Obstrucción a la justicia
Evasión
Falsa denuncia


Delitos contra la fe pública
Falsificación de moneda, billetes de banco, títulos al portador y documentos de crédito
Falsificación de sellos, timbres y marcas
Falsificación de documentos
Fraudes al comercio y a la industria
Giro fraudulento de cheques
Contrabando


Delitos internacionales
Crimen de guerra
Crimen de lesa humanidad
Crimen de exterminio
Piratería
Apartheid